Momentos para escuchar podcast, instantes.
Cuando tienes 20 minutos para ti, ¿qué sueles hacer?
Permíteme que te relate la historia de algunos oyentes de mi podcast “El Recuento Musical”. Unas las sé y otras las imagino por lo que me cuentan.
Todas tienen en común que escuchar podcasts es sentir.
Nuria...
Nuria trabaja desde casa solo dos días a la semana. Y digo “solo dos”, porque a ella le gustaría teletrabajar siempre. Es una firme defensora de ese sistema desde antes de la pandemia.
Y eso, a pesar de que, los tres días que le toca ir a la oficina, son los únicos en los que dispone de un ratito solo para ella.
Conduce hasta la estación. Aparca y aguarda la llegada de su nuevo medio de transporte. A menos veinticinco, si todo va según lo previsto, se sube a un vagón del tren que la lleva al centro de la ciudad.
Ese trayecto, esos 30 minutos son suyos.
Tengo que aclarar que son 30 para ella, si no hay interrupción de la circulación esperando a la nada, o un cambio de tren por avería, o vaya usted a saber qué… En ese caso, son más minutos y todos dejan de ser suyos por la desesperación que le produce perder tiempo.
Pero, si todo va bien, tiene 30 minutos solo para ella. El momento de escuchar podcasts es en ese preciso instante. Es entonces cuando oye los episodios de «El Recuento Musical».
Se pone los auriculares y viaja.
A ratos, se le eriza la piel. Ella, además de las historias, oye la música de una manera especial. Siente las notas, y, a veces, sin darse cuenta, puntea los acordes en su guitarra imaginaria. Luego recuerda que va en el vagón y para.
El último, el de “Your Song” de Elton John, le llegó al alma, y eso que no es de mis preferidos. ¿Por qué? Porque hay guiones redondos y ese, para mí que soy la madre de la criatura, no es uno de ellos.
Luis….
Luis escucha los episodios en casa.
Pone el reproductor a todo volumen. Los oye en un equipo de música que nada tiene que envidiar al de una discoteca. Es más, está seguro de que el suyo es de mayor calidad. Por supuesto, diría él, la duda ofende.
Para Luis, oír El Recuento Musical es un ritual:
- Primero, quitarse las lentillas y descansar la vista.
- Luego ponerse las gafas que están guardadas en el cajón de la mesa auxiliar.
- Calzarse las zapatillas de andar por casa.
- Servirse una copa de vino.
- Coger el mando a distancia de su equipo de música y sacarlo de la funda que lo protege.
- Sentarse en su sillón de escucha (le gusta llamarlo así).
- Subir el volumen y darle al play, por ese orden.
- Cerrar los ojos.
Oír y volar.
Su preferido, “Have you ever seen the rain”, lo ha escuchado y sentido unas ocho veces. Dice que puede oler la lluvia y notar cómo calienta el sol.
¿Cómo nació El Recuento Musical?
Nos situamos en 2016. Yo llevaba más de un año publicando podcasts.
Entonces, Jose Luis Machuca, un técnico de sonido con el que había trabajado durante mucho tiempo en una emisora de radio llamada Onda Madrid, me hizo un regalo para los oyentes.
Un montaje con una mezcla de versiones de la canción “Every Breath You Take” de The Police.
El detallazo era una joya para la audiencia de mi podcast.
Pensé que esa maravillosa mezcla de versiones merecía una presentación digna. Indagué en la historia de esa canción y combinándola con la mezcla de versiones nació “El Recuento Musical”.
Aunque, por aquel entonces, se llamaba “Los distintos”. Porque eran episodios muy distintos dentro de lo que entonces era “El Recuento”.
Ese fue el principio y así hasta los casi 40 programas de historias de canciones que, a día de hoy, tenemos.
Jose Luis Machuca ya no hace los montajes de las versiones. La vida y sus circunstancias. Le eché mucho de menos. Siempre le agradeceré poner las semillas de este podcast que, él lo sabe, es su casa. Pero, no podía dejar morir una idea tan maravillosa, así que me puse a hacer el montaje de las versiones yo. Y ahí sigo, progresando con las tijeritas de edición.
Hay muchísimos programas en previsión, hay tantas canciones y tantas historias por contar.
Jose...
En casa de Jose, él es el único que escucha(ba) podcasts.
Lo hace con sus auriculares de cancelación de ruido. Su trabajo le permite estar con sus orejas a otras cosas. Oye podcasts a todas horas. Bueno, a todas las que le dejan.
Porque, a veces, para no tener discusiones con su mujer y sus hijas, disimula. Dicen que se pasa la vida metido en sus otros mundos. Lo que no saben en casa, o sí, es que cuando está fuera también oye podcasts.
Si tuviera dos vidas, usaría las dos para escuchar historias al oído.
Fue una idea suya la de poner algunos episodios de El Recuento Musical en el altavoz inteligente de casa. Intentaba contagiar a su mujer y a sus hijas con esa energía extraña que tienen algunos podcasts. Y en cierto modo lo consiguió. Era una estrategia hábil. Hizo sonar dos episodios de dos canciones que ellas adoraban.
En familia, escucharon las historias de “Video Killed the Radio Star” y de “Under Pressure”.
Se pasaron, los poco más de 20 minutos que dura cada episodio, quietas y concentradas, escuchando.
Les encantó la experiencia y han vuelto a oírlos dos veces. Dos veces, cada programa. Ahora, ellas, escuchan otros podcasts.
Yo...
Disfruto averiguando los datos, documentándome e investigando.
Encajar las piezas en un guion es, para mí, un reto maravilloso.
Lo que más feliz me hace, es saber lo que puedo llegar a provocar. Esos momentos en las vidas de oyentes como Nuria, Luis o José, me emocionan. Hacer disfrutar a la gente es de una de las cosas que más me gusta.
Provocar sensaciones es maravilloso.
Quiero invitarte a que elijas una canción y escuches su historia.
Escoge una entre todos los títulos publicados.
Busca tu momento, relájate y disfruta.
Escuchar podcast es sentir.
Si he conseguido que oigas alguno de estos podcasts házmelo saber.
Cuéntame tu instante y tus sensaciones.
Y si quieres conocer cuándo habrá nuevos episodios suscríbete en tu reproductor favorito:
P.D. No te asustes.
Hace unos días charlaba con Sergio, otro oyente de El Recuento Musical. Él suele oírlo mientras pasea al perro (aunque desde que es padre tiene menos tiempo para los podcasts).
Le decía que me estaba planteando dejarlo, porque cada episodio me lleva mucho tiempo y me da ingresos 0. Verbalizar ese “me estoy planteando dejarlo” me asustó.
No quiero quedarme sin la satisfacción de generar sensaciones contando historias de canciones. Tendré que buscar opciones. ¿Tienes alguna idea?
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