Hay semanas que se vuelven imposibles. Por unas u otras razones, cuando no se puede, no se puede. Y ésta ha sido una de esas, no es que quiera poner excusas, sólo es un desahogarme.
Total que como una ama la radio por encima de todas las cosas (mi Mariano no es una cosa y mi Irene tampoco), pues para hacerlo mal, mejor no hacerlo.
Pero yo no puedo dejar a mis escuchantes podcasteros (guiño a Eva que se inventó el nombre) sin terapia. Y la hay, y de la buena.
Este es el plan, primero un poco de locura de el Recuento: escucharemos el amor en una relación de amor-odio. Luego le daremos a la máquina del tiempo y escucharemos uno de aquellos recuentos. Por eso se hace impresicible ésto:
Os dejo el enlace para gozar El Recuento: